El camino a la autonomía

La transición desde la adolescencia a la vida adulta es la emergencia de quien tomando responsabilidades crecientes sobre sus actos y sus resultados, que se mueve hacia una independencia cada vez mayor de sus padres y su familia en lo que se refiere a la toma de decisiones y que está destinado a tomar su lugar en la sociedad. Esta etapa es crucial y sienta las bases de cómo la persona va a desenvolverse en diferentes ámbitos vitales como el empleo, ocio, formación continua, cuidado personal, interacción social y participación en la comunidad.

Todas las personas, y en algunos casos en mayor medida las personas con discapacidad, requieren sistemas de apoyo para identificar, expresar y comprometerse con sus intereses, ideales y proyecto de vida.

El proceso de transición conduce al desarrollo y mantenimiento de relaciones interpersonales y sociales, así como a la participación en la vida comunitaria y en actividades de tiempo libre. Culmina cuando la persona es capaz de asumir roles adultos, aun cuando para realizarlos necesite diversos sistemas de apoyo.

El trabajo que realizamos en el Centro de Día Nuestra Señora del Hogar se ofrecen en esta etapa oportunidades de participación y exploración en propuestas que impacten sobre la calidad de vida, priorizando la autonomía funcional –esto es, el desempeño–, la autodeterminación y la libre elección, así como la participación activa y significativa.

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